Muchas editoriales afirman haber tratado de aceptar versiones electrónicas de manuscritos de autores en el pasado, pero han abandonado la práctica debido a la creación de un incremento en vez de un decremento de necesidad de habilidad. Frecuentemente, la incompetencia técnica de autores y las dificultades en decidir entre una amplia variedad de formatos de almacenamiento y los tipos de archivos de los procesadores de palabras son tomadas como problemas mayores. Sin embargo, ha habido un grado considerable de estandarización en el mercado de los computadores personales en años recientes. Además de esto, virtualmente todos los procesadores de palabras actuales son capaces de generar archivos en el formato ASCII estándar.
Uno de los problemas con que nos encontramos a la hora de elaborar una material hipermedia, es que "tenemos la tecnología, pero estamos en proceso aún de inventar el lenguaje y las convenciones de este nuevo medio de comunicación" (Cotton y Olivier, 1993 en Adell, 1996). Este problema se acrecienta cuando pretendemos crear materiales hipertextuales a partir de materiales escritos ya existentes y, por tanto, concebidos originariamente de manera secuencial.
Etimológicamente podemos encontrar la raíz del término hipertexto en el prefijo Hyper derivado del griego que tiene dos sentidos: por un lado, "más allá", "encima", "sobre" (dado éste uso por ejemplo en el concepto de hipérbole) y por otro, designa cantidad superior a lo normal (cuando por ejemplo se lo utiliza en términos como hipermercado, hipertensión). Ambos sentidos pueden reconocerse en el término hipertexto que designa a una serie de múltiples textos conectados entre sí por nexos que proponen distintos itinerarios al lector. Cada texto tendrá enlaces que permiten ir abriendo otros textos, imágenes, videos, etc. El lector seguirá algunos enlaces y dejará otros, seleccionará su camino de acuerdo con sus intereses, estados de ánimo o por azar. Navegar es una buena metáfora para describir la experiencia del lector de un hipertexto: el lector navega de un punto a otro de esta estructura, sin seguir nunca un recorrido único. Cada lector recorre su camino personal, creando su propio texto a partir de esta particular experiencia de lectura. El hipertexto es una estructura particularmente abierta que ofrece recorridos infinitos. El lector del hipertexto es activo, decide, asocia textos y crea sus propios recorridos, realiza su propio “montaje”. El lector produce textos al construir su recorrido