• La comprensión de un hiperdocumento exige integrar la comprensión de tres elementos presentes en el mismo: el tema objeto de estudio o de presentación, la interfaz con el usuario, y el sistema de navegación.
• La presentación tanto del tema objeto como de la interfaz y del sistema de navegación puede adoptar diversas formas: texto, gráficas, imágenes, sonido, video, etc.
• La comprensión de cada uno de los tres elementos mencionados en los items anteriores pasa también por cuatro niveles: léxico, sintáctico, semántico y pragmático, equivalentes a los mencionados en el modelo de lectura del texto impreso tradicional. Con base en las consideraciones anteriores, hemos desarrollado un modelo o espacio de análisis constituído por un conjunto de ternas
S = { (n, f, e) | n = nivel, f = forma, e = elemento }
donde las componentes de cada terna tienen los significados siguientes: n : Indica el nivel de comprensión. Puede tomar uno de los siguientes valores: léxico, sintáctico, semántico, pragmático,
f : Hace referencia a la forma de presentación de la información. Su valor puede ser: texto, gráfico, sonido, imagen, video, etc.
e : Se refiere al elemento para la comprensión. Puede tomar uno de los siguientes valores : tema objeto, interfaz, navegación. El modelo establece que para cada posible terna del espacio de análisis debe existir una caracterización de la actividad particular que involucra los tres componentes de la terna y que el usuario realiza para la comprensión del hiperdocumento. Así, por
ejemplo, la terna:
< (léxico, sonido, interfaz) > representa la identificación, a nivel léxico, de los ítems de sonido utilizados en la interfaz.
Análogamente, la terna:
< (semántico, texto, navegación) > representa la identificación, a nivel semántico, de los ítems de texto utilizados para la navegación.
Las otras ternas se interpretan de manera semejante.
En lugar de intentar una descripción de las actividades para la comprensión correspondientes a cada una de las ternas (nivel, forma, elemento), presentamos una caracterización que agrupa a algunas de ellas. Esta decisión obedece no solo al alto número de ternas sino a que consideramos que caracterizarlas individualmente solo es posible en cada aplicación concreta con el concurso de los expertos que confluyen al diseño de la aplicación. Por lo demás, el lector puede encontrar controvertibles algunas caracterizaciones; ésto es absolutamente normal, si se piensa que, en criterio de los expertos, el umbral entre los niveles sintáctico y semántico es impreciso.
En el modelo, el nivel léxico corresponde a la determinación del significado de cada ítem de texto, gráfico o sonido( forma de presentación) utilizado en la interfaz, en el sistema de navegación o en la presentación del tema objeto del hiperdocumento. Este significado puede corresponder al ítem como parte de la información sobre el tema objeto del hiperdocumento; por ejemplo, el significado de una palabra, de un símbolo en un gráfico, de un ícono, de un sonido; o puede corresponder al ítem como parte de la interfaz; por ejemplo, lineas para dividir la pantalla en ventanas; o al ítem como parte del sistema de navegación; por ejemplo, una flecha puede significar "siguiente" o "anterior"; una palabra puede representar un botón de enlace, un ícono puede representar la activación de un video.
En el nivel sintáctico, el lector reconoce los items utilizados en la presentación de la información, en sus diversas formas , y su adecuación a la gramática o a la sintaxis propia de la representación. Esta consideración es válida tanto para la información sobre el tema objeto del hiperdocumento como para la interacción con la interfaz y el sistema de navegación. Por ejemplo, si un gráfico representa una estructura de decisión, la disposición de sus elementos debe ser tal que el lector pueda reconocerla; si se utiliza un mapa de navegación, éste debe presentarse en forma tal que el lector reconozca en él una estructura que corresponde al propósito para el cual se diseñó. Cuando el lector dispone de indicaciones para interactuar con la interfaz y con el sistema de navegación, en el nivel sintáctico él reconoce la estructura u organización subyacente en la disposición de los elementos asociados con tareas de una misma actividad.
Si no dispone de tales indicaciones, tiene que descubrir qué función realiza cada uno de los elementos que se le presentan. Se requiere esfuerzo y concentración adicionales a los requeridos para comprender el tema objeto, para lograr que los elementos adquieran significados determinantes en la comprensión de los procesos de interacción con la interfaz y con el sistema de navegación. Estos esfuerzos y concentración adicionales para realizar varias tareas a la vez son denominados por Conklin saturación cognitiva. Este concepto es de suma importancia porque la comprensión de un hiperdocumento involucra no sólo la comprensión del tema objeto sino la comprensión de los mecanismos que le permiten acceder a él. Dedicar mucho esfuerzo a la comprensión de estos mecanismos de acceso limita la capacidad total que el lector podría dedicar a la comprensión del tema objeto; por esto se afirma que la comprensión tiene como principal impedimento la saturación cognitiva. [THH95].
Como consecuencia de lo anterior, se recomienda la estandarización en las formas de presentar la información a través de la interfaz y en el sistema de navegación. Esto ayuda al lector que navega a través de un hiperdocumento a eliminar problemas sintácticos típicos como el reaprendizaje de significados de símbolos y le facilita la abstracción de la estructura y la organización del hiperdocumento.
La estructura de las ventanas de despliegue constituye un ejemplo de la estandarización mencionada. Una ventana puede estar organizada en tres secciones: una superior, una central y una inferior. La superior puede contener una barra de menúes de despliegue, titulados con los temas que se van a tratar. La central puede estar distribuída en secciones: una para videos o gráficas; otra para un glosario de términos, si es pertinente; otra para despliegue de texto, etc. La inferior puede contener botones para navegación. (fig. 1). En este caso, el lector reconoce la estructura y organización de la interfaz y del sistema de navegación después de que ha entendido su funcionamiento. Como resultado del tránsito recurrente por los niveles sintáctico y semántico, el lector comprende el proceso de interacción con la interfaz, el funcionamiento del sistema de navegación y el tema objeto del hiperdocumento.
En cuanto al sistema de navegación, en la organización de los textos impresos tradicionales se reconoce la existencia de un formato patrón. Ellos contienen, por ejemplo, una tabla de contenido al principio del documento; un índice, al final y numeración de temas y subtemas. Estos elementos permiten al lector ubicarse rápida y espacialmente en el documento y también localizar con prontitud la información requerida. Las nociones de "antes" y "después" son determinantes en estos procesos. Es evidente que el mecanismo de interacción con el texto impreso tradicional es de dominio público. [DMR93]. Por el contrario, en los hiperdocumentos el mecanismo de interacción o "sistema de navegación" no es de dominio público. Para comprender el tema objeto del hiperdocumento, el usuario o lector tiene que comprender, primero, cómo funciona el sistema de navegación. Esto se logra como resultado del transito por los niveles léxico, sintáctico y semántico en lo que al sistema de navegación se refiere y por haber comprendido el proceso de interacción con la interfaz.
En el nivel pragmático, el lector del hiperdocumento integra sus conocimientos con los nuevos conocimientos adquiridos sobre el tema objeto del hiperdocumento, sobre estructura y organización de interfaces y sobre sistemas de navegación.
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