Los diagramas o mapas parecen recursos adecuados para facilitar la "navegación" por la información. Se trata de una representación esquemática del espacio en el que se mueve el lector, incluso señalándole dónde se encuentra en ese momento y la posibilidad de saltar directamente a otras secciones (mapas sensibles con espacios definidos visualmente como vínculos). Los diagramas o mapas que incluyen sólo grupos de nodos fuertemente relacionados simplifican los mapas (evitando la sobrecarga cognitiva) y facilitan percepciones globales de la estructura general. Si cada grupo o cluster posee nodos-índice o jalones (véase el apartado sobre este aspecto), la navegación se facilita al simplificar la estructura.
La perspectiva "ojo de pez" en los mapas, que destaca los espacios adyacentes al que se encuentra el lector, frente a los espacios "lejanos", conceptual e hipertextualmente hablando, muestra en un único gráfico todo el espacio de información pero con niveles variados de detalle. El "ojo de pez", sin embargo, como señala Nielsen (1990) requiere que pueda estimarse la distancia entre una localización determinada y el objeto de interés del usuario y, además, debe ser posible mostrar la información a diversos niveles de detalle. Estas dos condiciones sólo las reúnen hipertextos estructurados jerárquicamente. En otro tipo de estructuras es imposible de utilizar.
Los mapas, sin embargo, tienen sus propias dificultades: son costosos de diseñar manualmente si el espacio de la información es grande. De hecho hay un momento en el que dejan de ser aclarativos: si pretendemos incluir todo nodo y todo vínculo. Por su parte, los sistemas automatizados, como WebMap (Dömel, 1994) o el Navigational View Builder (Mukherjea y Foley, 1994 y 1995; Mukherjea, Foley y Hudson, 1995) son todavía excesivamente complejos y no están disponibles para las plataformas habituales en nuestras aulas.
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